¿Sabéis cómo mejorar la iluminación de vuestra casa, cómo poner la mejor luz en aquellos espacios que deseéis teniendo en cuenta vuestra comodidad y el ahorro que podéis obtener a fin de mes en la factura eléctrica? Entonces seguid atentamente estos consejos.
La iluminación es esencial en cualquier oficina, empresa u hogar. Lo mismo una buena iluminación causa una grata impresión que una mala hunde expectativas, negocios o ganas de visitar una casa. Y más cuando la intención, aparte de proporcionar buena luz en todas y cada una de las estancias, es ahorrar lo máximo posible en la factura mensual.
Si bien no existe un manual al uso que explique cómo se debe iluminar tal o cual despacho o habitación, si existen dos claves por las que empezar: el gusto personal y la comodidad de cada cual hacia la luz. Pues bien, ¿cómo se consigue eso?
1. Definiendo qué áreas se van a iluminar y de qué manera en función del uso que hagamos de ellas (luz para leer, para ver la televisión o para cenar con los amigos).
2. Asesorándonos acerca de qué productos generan los efectos que buscamos a la hora de iluminar y cómo pueden instalarse.
¿Esto qué implica? Una vez detectados los puntos de luz y su ubicación es momento de elegir los tipos de lámparas adecuadas y las bombillas para iluminar (si son LED, mejor) que deberá ajustarse tanto a la lámpara como a la calidad de luz deseada. En esta última elección hay que tener en cuenta el ahorro energético que proporcionarán las bombillas. Y ahí ganan los LED sin discusión alguna. Los expertos consideran que son la mejor opción al ofrecer un elevado nivel de eficiencia energética (con ahorros que pueden alcanzar hasta el 80%) y un promedio de vida cercano a las 20.000 horas, así como un encendido rápido y su gran resistencia a impactos.
Otro buen elemento que permite ahorrar es el uso de atenuadores o dimmers que controlan el gasto de luz y regulan su mayor o menor intensidad, a gusto del usuario, y que puede controlarse gracias a la domótica. Y otro tanto ocurre con los sensores de luz que detectan la presencia humana allí donde estén instalados, apagando o encendiendo el sistema de iluminación según sea el caso. Muy útiles para las habitaciones de los niños o la cocina.
Finalmente, ¿cuántos tipos de iluminación existen? Se pueden concretar tres:
1. Iluminación general: o lo que es lo mismo, la luz principal, que ilumina todo el espacio de una forma uniforme. Es la base para iluminar cualquier lugar y aporta la luz básica para que la vida en esa estancia sea lo más confortable.
2. Iluminación de acentuación, que busca iluminar algún punto concreto u objeto que queramos destacar o resaltar.
3. Ambiental. Es la luz complementaria en una habitación y la encargada de hacerla única o diferente comparada con otro espacio de iluminación. Se logra con lámparas de mesa o de piso con bombillas atenuadas en un 50%, o bien con una lámpara decorativa que cambie de color de forma tenue y lenta. ¡Ojo! Nunca estará destinada a iluminar el espacio en su totalidad.
De esta manera, un estudio necesitará una luz puntual para la lectura con flexos o lámparas flexibles y adaptables a cada punto de luz; un salón o comedor precisará una iluminación general suave; para las habitaciones es preferible una mezcla de una lámpara central y otra para la mesita de noche; lámparas colgantes sobre la mesa del comedor y luces ubicadas en el contorno del espejo para evitar sombras o halógenos en el techo proporcionarán la luz adecuada que requiere cada estancia de la casa.
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