Durante los próximos años la ciudad de Barcelona y su gobierno pretenden invertir más de 18 millones de euros con el objetivo de iluminar más de 200 calles utilizando tecnología LED. Se estima que se renovarán un 20% de las farolas de la ciudad condal. Esto supondrá que Barcelona se ahorre más de un 5% de la potencia contratada.
Este plan pretende adecuar el alumbrado público a las necesidades y particularidades de cada calle y distrito. Es un plan transversal, con el que se pretende conseguir una iluminación de mucha más calidad, con una luz mucho más blanca, uniforme y agradable que la que estamos acostumbrados a ver. Porque el sistema LED ofrece varios puntos focales, y de este modo no origina tantas sombras como las bombillas convencionales. Esta reconversión empezará en aquellas calles que tengan unas instalaciones más antiguas y por lo tanto el consumo es más elevado.
Probablemente, la instalación de este tipo de iluminación hará que las calles de según qué barrios sean mucho menos inhóspitas cuando cae la noche y más seguras. Ya que, cualquier sombra intimida mucho, además, algunos vecinos aprovechan la mala iluminación para dejar allí muebles viejos, colchones, bolsas de basura…
El objetivo del Ayuntamiento de Barcelona es acabar con los claroscuros. El gobierno de Colau quiere que sus medidas entorno al mantenimiento y definición del espacio público tengan muy en cuenta los efectos que puede tener sobre el bienestar de sus peatones. También hay muchos barrios que hay manzanas o travesías muy poco iluminadas en comparación con otras de la misma calle.
A la hora de determinar el orden de las calles en las que intervenir, los técnicos municipales dieron prioridad a aquellas que padecen problemas de luminosidad, pero también a aquellas otras cuyas instalaciones son anteriores al año 1976, registran continúas y repetitivas averías y encima molestan a los árboles.
La iluminación LED permite adaptarse y responder mucho mejor a las características cambiantes del espacio público. Los LEDs duran mucho más tiempo, ya que no están fabricados con filamentos ni gases internos que hacen la bombilla más débil (como en las convencionales).